Las sociedades desarrollan distintos tipos de actividades económicas.
En general, los países latinoamericanos se han destacado por sus actividades extractivas y agrícola-ganaderas, y por las industrias vinculadas a ellas. Los países de América Anglosajona son considerados países industriales porque producen gran cantidad y variedad de productos industriales, con mayor grado de elaboración y uso de tecnologías de punta. En estos países, las actividades primarias tienen una participación relativa más baja en la economía, dado el gran desarrollo de los sectores secundario y terciario.
Otra actividad económica muy importante para los países es vincularse y participar en el mercado internacional a partir de los intercambios comerciales.
Muchos países de América Latina tienen una balanza comercial deficitaria. Para mejorar las relaciones comerciales, los países americanos como otros países del mundo, se unen conformando bloques económicos. En América existen varios bloques económicos como el Nafta, que agrupa a los Estados Unidos, Canadá y México.
El Mercosur nació el 26 de marzo de 1991, cuando los gobiernos de la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay firmaron el Tratado de Asunción, mediante el cual se comprometieron a constituir un mercado común que les permitiera desarrollar mejor sus economías nacionales.
También se incorporaron al Mercosur, en calidad de Estados asociados, Chile (1996), Bolivia (1996), Perú (2003), Colombia, Ecuador y Venezuela (2004).
En 2008, se constituye la Unasur (Unión de Naciones Sudamericanas), que es un proceso de integración que tiene como objetivo construir un espacio de integración y unión en lo cultural, social, económico y político entre sus integrantes (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana,
Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela).
Los países también intercambian entre sí dinero o recursos financieros. Uno de
esos flujos se genera por préstamos que realizan organismos internacionales,
como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), o
por países con excedentes monetarios.
Los países que piden préstamos se
endeudan y asumen la obligación de pagar los intereses y el capital total.
Muchos países de América Latina contrajeron deudas internacionales muy
grandes a mediados de la década del setenta, y se convirtieron en obligaciones
muy difíciles de enfrentar y afectaron negativamente el desarrollo económico
de los países.
Esas deudas internacionales, que fueron las más grandes de la
historia, se fueron incrementando notablemente año tras año, y los organismos
que prestaron dinero reclamaron su devolución.
Otra forma de intercambiar recursos financieros está relacionada con el dinero
que invierten las empresas extranjeras en un país, llamada inversión
extranjera directa (IED).
La inversión de dinero está relacionada también
con la modernización tecnológica, la contratación y capacitación de personal o
la compra de empresas nacionales, vía privatizaciones. Esta ha sido una de las
formas recientes de incremento de IED en América Latina.
Otro flujo financiero se produce cuando el dinero generado en un país es
depositado en instituciones bancarias o financieras de otro país, con el fin de
obtener mayores beneficios, relacionados con exenciones impositivas y con el
secreto bancario. Varios países de América ofrecen estos servicios y se los
denomina “paraísos fiscales”, como en las Islas Caimán, Bahamas, Antigua y
Barbuda, Belice, Araba, Islas Vírgenes, Panamá, etcétera.
Los procesos de globalización contribuyeron a acrecentar la importancia y el
número de las empresas transnacionales. Gran parte de las empresas
transnacionales se originaron en los Estados Unidos. Algunas empresas de origen latinoamericano, especialmente mexicanas, brasileñas y argentinas, se
incorporaron al mercado mundial como empresas transnacionales.
En la década de los noventa, varios organismos internacionales y países
desarrollados impulsaron a muchos gobiernos latinoamericanos a adoptar
medidas económicas neoliberales que provocaron transformaciones negativas
en las sociedades donde se llevaron a cabo.
Si se considera la importancia de la economía, la forma en que se relacionan
internacionalmente y el nivel de bienestar que tiene su población, se puede
clasificar a los países de América en: países centrales o desarrollados, como los
Estados Unidos y Canadá; países periféricos o subdesarrollados, como gran
parte de los países latinoamericanos; y países semiperiféricos o economías
emergentes, como Brasil, la Argentina y Chile.
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