América no apareció de la noche a la mañana con gente en sus tierras, su poblamiento corresponden a diversos procesos de migración por las antiguas gentes del mundo, a continuación algunas teorías que hablan al respecto.
Teorías de Poblamiento Americano:
Los arqueólogos, basados en sus investigaciones, nos dicen que los grupos humanos que entraron a América lo hicieron durante los últimos períodos de glaciación, hace 20.000 años.
La teoría más aceptada establece que el cruce ocurrió hace 20.000 y 15.000 años, por Siberia y Alaska, cuando el mar bajó su nivel y se formó un gran corredor o puente de tierra que unió Asia con América del Norte. Este corredor se denomina Beringia y hoy está sumergido bajo el mar.
Una segunda hipótesis, que complementa a la anterior y que cada vez cobra más importancia, plantea la navegación desde Siberia, pasando por las islas Aleutianas, hasta la península de Alaska.
Algunas rutas, que establecen vínculos con Europa, proponen que ciertos grupos habrían navegado por el océano Atlántico del norte, bordeando Islandia y Groenlandia, hasta llegar a América del Norte. Una vez ahí habrían explorado sus costas. Sin embargo, estos contactos no habrían tenido un impacto importante en el poblamiento de América y es posible que hayan ocurrido cuando el continente americano ya estaba poblado.
Un camino que fue considerado durante años, propone la navegación desde Melanesia, pasando por la Polinesia, hasta llegar a las costas de América. Si bien se han encontrado algunas evidencias que señalan el contacto transpacífico, este habría ocurrido cuando América ya estaba poblada.
Otra ruta sugerida implicaba la navegación desde Oceanía, siguiendo las costas de la Antártica, hasta llegar a América por el sur. No se han descubierto evidencias que apoyen esta idea.
Hasta hace unas décadas, la teoría preferida y casi "oficial" de la comunidad científica era una única ruta por tierra a través de Beringia, actualmente es cuestionada ya que la ruta terrestre significa atravesar zonas glaciares en donde la supervivencia era muy difícil, mientras que seguir en bote las orillas de la tierra y del hielo fue perfectamente practicable y, esto explicaría el descubrimiento en el sur de Chile de un yacimiento (Monte Verde) de más de 14.000 años de antigüedad. Si consideramos que hubo gente que llegó a alcanzar este extremo austral de Sudamérica hace más de 14.000 años, sería sorprendente que no hubiesen viajado en embarcaciones muy primitivas...
Hoy existe un fuerte consenso a propósito del linaje asiático de los primeros americanos y ,se acepta que además de los hombres que atravesaron Beringia a pie, otros provenientes también de Asia se abrieron paso a América por mar en frágiles embarcaciones siguiendo toda la costa occidental del continente. Pero, sucede que demostrar que el hombre llegó a América en bote es mucho más difícil que probar su ruta terrestre. Recordemos que el nivel del mar al final de la última glaciación era unos 90 metros más abajo que el actual, por lo que los restos de los asentamientos humanos estarían ahora en aguas muy profundas y difícil de explorar.
Finalmente, y en épocas más recientes grandes navegantes proveniente de Australia, del Sudeste asiático, y de la Polinesia debieron arribar ocasionalmente a las costas americanas del Océano Pacífico. Estas últimas migraciones serían congruentes con la hipótesis del poblamiento a través de múltiples oleadas que se sucedieron a lo largo del tiempo, pero no llegaron a constituir un aporte decisivo a la población americana.
Crecimiento de la población de américa a través del Tiempo:
La población de América Latina experimentó un crecimiento extraordinario, más rápido que el de cualquier otra región del mundo después de la segunda guerra mundial. De cerca de 149 millones de habitantes en 1950, aumentó a 209 millones en 1960, a 275 en 1970 y a cerca de 352 en 1980.
El ritmo de crecimiento de la población se fue acelerando hasta alcanzar un máximo de más de 2,8 por ciento en la primera mitad de los años sesenta y desde entonces comenzó a disminuir en forma sostenida de tal modo que actualmente apenas supera el 2,3 por ciento anual. Sin embargo, a de ello bastaron 26 años para que la población existente en 1954 se duplicara. El crecimiento varió ampliamente según los países. En Venezuela, donde fue más rápido, la población se duplicó en 20 años. En el otro extremo, en los países más avanzados en el proceso de transición demográfica (Argentina, Cuba, Chile y Uruguay) transcurrieron 35 o más años para que eso ocurriera.
En la gran mayoría de los países restantes, la población no demoró más de 26 años en duplicarse. El crecimiento de la población regional resultó de tendencias muy diferentes según los países. En Argentina, Cuba y Uruguay, las tasas de crecimiento ya eran menores del 2 por ciento al comienzo de los años cincuenta; en Brasil, Colombia, Costa Rica y Chile comenzaron a decrecer en el período 1960-1 965 y lo mismo ocurrió más recientemente en México, Panamá, Perú, la República Dominicana y Venezuela; en cambio, en el resto de los países, el ritmo de crecimiento se ha mantenido elevado, o aun se ha acelerado, como en los casos de Bolivia y Haití.
La tendencia de las tasas de crecimiento de la región se invirtió con la generalización del proceso de descenso de la fecundidad a un número cada vez mayor de los países, mientras la mortalidad continuaba su trayectoria descendente con un ritmo variable según el período y los países. En 1960- 1965 solamente cuatro países (Argentina, Cuba, Chile y Uruguay) tenían TBN inferiores al 40 por mil y de los restantes mis de la mitad tenían tasas mayores del 45 por mil. Esa situación cambió rápidamente, de tal modo que en la actualidad sólo hay seis países, que tienen menos del 9 por ciento de la población de la región, con tasas por encima del 40 por mil y ninguna de ellas llega al 45 por mil.
El otro componente del crecimiento vegetativo de la población, la mortalidad, también experimentó cambios importantes durante los últimos veinte años. La esperanza de vida al nacer (EVN) aumentó de 56,8 años en 1960-1 965 a 64,4 en 1980-1 985, más lentamente durante la última década, como era de esperar en vista de los cada vez más altos niveles alcanzados. El aumento de la EVN fue, en general, por la misma razón, más rápido en los países con más alta mortalidad, produciéndose una progresiva concentración de los mismos en los niveles más bajos de mortalidad.
Esos cambios en la esperanza de vida hicieron que la tasa bruta de mortalidad (TBM) descendiera, más lentamente que la TBN, de 12,4 por mil en 1960-1 965 a 8,2 en 1980-1 985 y, por consiguiente, el crecimiento vegetativo de la población regional disminuyó. Sin embargo, eso no ocurrió en todos los países. Algunos, que al comienzo de los años sesenta tenían los más altos índices de mortalidad, mantuvieron elevadas tasas de crecimiento vegetativo, o aun las aumentaron, como Bolivia y Haití. El tercer componente del crecimiento de la población, la migración internacional, no ha podido hasta ahora ser medido satisfactoriamente. No obstante, se estima que su importancia cuantitativa, como factor de crecimiento demográfico, es residual, tanto para la región, como para algunos países.
América en la Actualidad:
La población americana en la actualidad se aprecia de diferentes formas a lo largo del continente, en donde se pueden apreciar focos de población en las urbes más desarrolladas:
Los datos sobre población indican que, hacia 1996, en el continente americano vivían aproximadamente 783 millones de personas; esta cifra representa casi el 14 % de la población mundial.
La mayoría de estas personas ( 484 millones ) vive en países de América latina. En los Estados Unidos y Canadá ( países de América anglosajona ) vive el resto.
Si consideramos la cantidad de habitantes que tiene cada país americano, vemos grandes diferencias. Como podemos observar en el cuadro siguiente, más de la mitad de la población latinoamericana vive solo en cuatro países: Brasil, México, Colombia y la Argentina. Pero si comparamos los países solo por la cantidad de habitantes obtenemos una información un poco engañosa, ya que sus territorios tienen superficies muy diferentes.
La distribución de la población
Los mapas de densidad de población que se ven a continuación nos permiten analizar cómo se distribuye la población en el continente americano, es decir cuales son las áreas más pobladas y cuales las menos pobladas.
En América del Norte, la mayor densidad de poblacióbn se encuentra en el noreste de los Estados Unidos, entre los Grandes Lagos y el océano Atlántico. Allí están ubicadas varias de las ciudades americanas más grandes, como Nueva York, Chicago o Filadelfia. Esta es el área de poblamiento más antiguo, donde se establecieron las primeras colonias inglesas a partir de las cuales se formaron Estados Unidos.
Hacia el oeste la densidad disminuye hasta la costa del Pacífico,donde se encuentra otra zona de alta densidad poblacional en California, que coincide con las ciudades de San Francisco y Los Ángeles. En el resto del territorio de los Estados Unidos, y más aún en el de Canadá, las densidades de población son bajas.
Si observamos ahora el mapa de América del Sur, vemos que, en general, la población se concentra próxima a las costas, en particular en las Áreas costeras del océano Atlántico.
También aquí, la presencia de grandes ciudades es una característica distintiva; desde el noreste de Brasil y hacia el sur, pueden reconocerse sectores de alta densidad de población, que corresponden a ciudades como Salvador, Río de Janeiro, San Pablo, Porto Alegre, Montevideo y Buenos Aires.
Otras áreas de alta densidad de población ( pintadas con color marrón ) se encuentran en los altiplanos y valles del área andina de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia yen el valle Central de Chile, donde se ubica la ciudad de Santiago.
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